Lo primero que aprendemos a decir cuando nos acercamos a un idioma son los insultoos con los que se pueden descalificar a las personas, pero también eso nos permite saber si alguien lanza esos vituperios contra nosotros. Por lo tanto, resulta de necesidad saber que en latín también se insultaban unos a otros y constancia de ello ha quedado en los poemas de Catulo, Marcial, en las fábulas de Fedro o en las obras de los cómicos, especialmente en Plauto.
Los términos que hacen referencia a la capacidad intelectual de una persona son:
Caudex,-icis: estúpido o zoquete.
Stipes,-itis: tarugo.
Imbecillis,-e: imbécil
Stulte o mejor, Stultissime o Stolide: tonto o muy tonto
Nequissime: vicioso
Amens, -ntis: demente.
scurra!: payaso
Si haces referencia a algún aspecto de la fisiología humana:
scaurus,-a,-um: pies torcidos.
claudus,-a,-um: cojo
distortus,-a,-um: deforme
foedus,-a,-um: feo o vergonzoso
turpis,-e: feo
calvus,-a,-um: calvo
Aludir a las costumbres sexuales es políticamente
incorrecto. Pero los hombres y mujeres romanos eran, en muchas ocasiones, incorrectos:
scortum,-i: prostituta o puta.
Impudice!, ¡Fresco! o ¡inmoral!
Pathice! o Cinaede!: ¡maricón!
Mentula!, como Pijo!, más grosero incluso.
Spado: eunuco, castrado o impotente
male mas: "mal
macho" o "afeminado
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